Lechuga de agua

Pistia stratiotes
Sureste asiático, actualmente en muchas regiones tropicales por arrastre


La lechuga de agua es una de las plantas flotantes clásicas del acuario. Su cultivo está despertando nuevamente el interés. En muchos aspectos, la lechuga de agua es más acomodaticia que muchas otras plantas de hojas flotantes, por ejemplo las especies Nympbaea. Ante todo en cuanto a iluminación. Con iluminación de fluorescentes se consigue un buen desarrollo de la Pistia. Por otro lado, el espacio situado sobre la superficie del agua se callenta de modo adicional por la iluminación y las plantas disponen de luz emitida desde una distancia mínima. Es cierto que la lechuga acuática da lugar en estas condiciones a formas acomodaticias más planas, pero bastan algunas Pistia stratiotes vigorosas con sus raíces acuáticas para crear una sensación exótica adicional a cualquier acuario. Las plantas sobre la superficie, miradas desde abajo, dan impresión de profundidad espacial. La lechuga de agua, con sus hojas de textura aterciopelada, es, pues, una de las plantas flotantes más recomendables para el acuario y sobre todo para el «acuario abierto» que dispone de intensa iluminación superficial. Al igual que las demás plantas flotantes, la Pistia necesita tiempo para aclimatarse. Hay que tener un poco de paciencia si las plantas no arrancan a crecer de inmediato con la alegría esperada. Una vez acomodada, la formación de estolones de la lechuga del agua suele ser tan abundante que se tiene que cortar y entresacar cada semana. En cuanto a sustancias nutritivas se aplica lo dicho para plantas flotantes sueltas: dichas sustancias nutritivas deben estar presentes en una forma asequible para la planta.

En ocasiones, la Pistia muestra hojas amarillentas, a pesar de estar relativamente bien en cuanto a crecimiento y formación de estolones. Por lo general es un síntoma de carencia de hierro. Las plantas flotantes de crecimiento rápido pueden agotar alguna de las reservas nutritivas. En el fondo es deseable (nitrato), pero puede desembocar en situaciones precarias (hierro). En este sentido, la lechuga de agua es un buen indicador (los síntomas de la carencia se ponen de manifiesto en una fase temprana). SÍ el acuario tiene una tapa acristalada, hay que procurar, sobre todo para la lechuga de agua, que el aire no se quede estancado, es decir, que haya el mayor espacio posible debajo de dicha tapa.

Salvinia flotante

Especies de Salvinia
Regiones tropicales


De las salvinias tropicales se conoce como planta de acuario, ya desde el siglo pasado, la salvinia brasileña, Salvinia auriculata, procedente de América tropical. En los ejemplares de acuario siempre queda la duda de si realmente es la especie auténtica. Todas las Salvinia están ávidas de luz, hasta tal punto que en un acuario doméstico generan formas tan reducidas, es decir, hojas pequeñas, completamente planas, que no tienen nada que ver con la especie original. Estas «variedades de acuario» se mantienen bien casi pegadas a los fluorescentes, suponiendo que haya ventilación suficiente. Lo mejor es quitar la tapa y colocar este helécho acuático directamente bajo el cono de luz emitido por una lámpara de alta presión. Lo óptimo sería la luz diurna (sol), en cuyo caso la salvinia flotante despliega toda su fastuosidad. Es importante que el agua contenga sustancias nutritivas en abundancia.

Reussia rotundifoiia

Reitssia rotundifoiia
América tropical


Al igual que la Ekbbornia y la Heteran-tbera, esta planta pertenece a las pontede-riáceas y se la encuentra reiteradamente en el comercio. Por su tamaño relativamente pequeño, la Reussia puede utilizarse como planta flotante. El tallo ligeramente regruesado, flotante, crece arrastrándose sobre la superficie del agua. Los limbos cordiformes de las hojas alcanzan 6 cm en los ejemplares cultivados, guardando un parecido con los jacintos de agua. Esta afinidad se pone todavía más de manifiesto en las pequeñas flores. Son comparables a las flores diminutas de la Eichhornia crassipes. A diferencia de esta última, la floración de la Reussia apenas entraña problemas. Las flores surgen incluso con luz artificial. Dada la forma «rastrera» de crecer sobre la superficie del agua, debería reservarse para la Reussia espacio suficiente, habida cuenta de que el efecto parasol no es tan acusado como el que puedan tener otras plantas flotantes. Para su conservación a largo plazo se requiere energía luminosa muy intensa.

Ninfoides sudamericana

Nymphoides humboldtiana
América tropical


Esta pequeña allegada de nuestra linfoides regional (Nymphoides peltata) es, por la delicadeza y por los finos flecos de sus flores, una planta llamativa por su belleza. Se comercializa en repetidas ocasiones, pero es una planta de hojas flotantes bastante exigente. Requiere temperatura alta, de 22 a 28 °C, e iluminación intensa de luz diurna (luz solar). En tal situación, las flores surgen con abundancia. Las condiciones luminosas menos idóneas apenas reducen la producción de hojas, pero se traducen en una ausencia de floración. Hay que prestar atención a una aportación suficiente de sustancias nutritivas. Las ninfoides índicas, procedentes de Asia meridional y de Africa tropical, son bastante similares, todas ellas se incluyen dentro del llamado conjunto de la Nymphoides indica.