Es tan importante el suelo de fondo

Se ha puesto de manifiesto que la mayor parte de plantas de acuario absorben los alimentos a través de su superficie foliar. Pensemos en plantas que brotan en estado libre. Prácticamente cualquier planta con tallo puede dejarse brotar libremente y a pesar de ello crece. Así que la hipótesis de que las plantas de acuario absorben los alimentos exclusivamente por las hojas parece plenamente justificada. No obstante, parece que no es así.

Las plantas de tallo que brotan en estado libre desarrollan raíces y se ha demostrado experimen-talmente que a través de las raíces tiene lugar una absorción intensa de sustancias nutritivas. Por esta razón ¿conviene que el suelo de fondo del acuario sea lo más rico posible en sustancias nutritivas? En este momento tenemos que pensar de nuevo que, en un acuario que funciona bien, hay sustancias nutritivas orgánicas que se depositan sobre el fondo, donde se degradan por acción de las bacterias y entonces pueden ser absorbidas por las plantas. Cuando se monta el acuario por primera vez y todo es todavía bastante estéril, es importante dar a las plantas una ayuda inicial en forma de abono en el suelo de fondo.

En las plantas de mucha raigambre, como las plantas ensiformes (en forma de espada) Amazonas, Crinum, Aponoge-ton y todas las especies de nenúfares enseguida salta a la vista la exigencia de un suelo de fondo rico en nutrientes; pero también las demás plantas acuáticas crecen mejor desde el suelo si a la gravilla de cuarzo, exenta de cal, se le mezcla Initial D o bien Dynophyl. El Initial D se compone de óxido de hierro y sustancias orgánicas. Con este aditivo especial para el suelo, los nutrientes se acondicionan y se estabilizan. No deben cuidarse peces excavadores cuando se utiliza este aditivo.

El Dynophyl es un abono granulado para el suelo. Contiene todos los nutrientes en una forma especialmente adaptada a las necesidades de las plantas acuáticas y es ideal para cualquier dotación de peces.
No son recomendables otros añadidos como arena de río o de construcción, limo, mantillo, estiércol seco o turba de segunda calidad. Estos añadidos se convierten rápidamente en podredumbre y dan lugar a la formación de ácido sulfhídrico, de olor fétido.

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