Ninfeáceas

Especies Cabomba
Regiones tropicales y cálidas de América

Las cabombas, que así las llaman normalmente los acuariófilos, por sus hojas decorativas, finísimamente distribuidas, de color verde luminoso, pertenecen sin ninguna duda a las plantas de tallo más bonitas, pero son también las más exigentes en cuanto a la demanda de luz. Si se quiere disfrutar de brotes de Cabomba vigorosos y bonitos, no vale ahorrar luz y es mejor colocar uno o dos fluorescentes más. Si la distancia al foco de iluminación es relativamente grande (más de 40 cm entre el suelo de fondo y la lámpara), recomendamos lámparas de alta presión con mayor intensidad de radiación.

El requisito de agua blanda para el buen crecimiento de todas las especies Cabomba sin excepción, actualmente no se considera ya imprescindible. Es verdad que la Cabomba en agua blanda puede dar lugar a ejemplares realmente soberbios, pero también un agua de dureza media es un medio idóneo, en el supuesto de que se disponga de abonado de C02

En el comercio existe una amplia gama de especies Cabomba, entre las que es muy frecuente la Cabomba caroliniana y sus variedades. Esta especie se considera relativamente poco exigente. Más cuidados requiere la Cabomba piauhyensis de Centroamérica y de la región norte de Sudamérica. Conserva una coloración foliar rojiza, ligeramente parduzca, si recibe iluminación intensa (lámparas de alta presión). Pero la más bonita y más exigente es la Cabomba aquatica. El crecimiento óptimo de esta especie exige agua blanda y abonado de C02, pH 6,5 y adición de sustancias nutritivas al suelo de fondo, así como muy buena iluminación. Ninguna otra especie supera en belleza a la C. aquatica. Debería mantenerse siempre a una temperatura entre 22 y 24 °C.

Al igual que en las demás plantas de tallo, también para la Cabomba se plantea la cuestión de si tienen que desmocharse los brotes, arrancarla del suelo o cortarla por encima del suelo de fondo, para replantarla después de acortarla. No cabe duda que acortar y replantar es la mejor operación, pero también la más laboriosa. Las plantas desmochadas suelen tener un aspecto feo, sobre todo cuando se deja sin cortar un brote nuevo o una ramificación. En el caso de la Cabomba recomendaría siempre esquejes nuevos. En otras plantas de tallo, los esquejes se recomiendan de forma natural ya que por debajo quedan sin hojas; esperar nuevos brotes en tal circunstancia sería demasiado optimista.

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