Las Amazonas y otras plantas ensiformes

Si partimos de un biotopo acuario geográficamente «correcto», entonces las especies Echinodorus son para las pirañas suramericanas el equivalente de las criptocorinas para los barbos del este asiático. Obviamente, estos «acuarios en el paisaje» requieren una buena dosis de imaginación, pero lo cierto es que la gran variedad de especies Echinodorus actualmente disponibles permitiría perfectamente la realización de semejante «paisaje subacuático».

Si se comparan con las criptorinas, las especies Echinodorus, también llamadas «espadas» o «ensiformes», constituyen un tipo de plantas muy distinto. La especie más conocida es sin duda la «Amazonas*, pero con este nombre, aparte del tipo estándar, el acuariófilo dispone para elegir desde el Echinodorus tenellus, pequeño, tipo césped, hasta las especies gigantescas como es la «Amazonas de hoja grande». Son plantas de acuario muy aprovechables y decorativas, p.ej. el Echinodorus osiris, o espada de hojas rojas. Las de mayor tamaño, como el Echinodorus bleheri se sitúan con preferencia en solitario, mientras que otras especies menos pujantes son idóneas para formar grupos. Obviamente, todo dependerá de las dimensiones del acuario.

La propagación por estolones se da en muy pocas especies que son, entre otras, el Echinodorus tenellus o el Echinodorus quadricostatus var. xinguensis (« amazonas enano»). Las especies mayores y gallardas, después de aclimatadas, forman una «rama florecida» cuando las condiciones son favorables (lógicamente influye la duración de la iluminación diaria), que en el acuario da lugar a flores aisladas y atrofiadas. Guardan un parecido con la coleta (Alisma) de nuestras latitudes. El género Echinodorus forma parte de las alis-matáceas, A partir de la inserción de las flores se desarrollan en el acuario unas plantas jóvenes, diminutas, llamadas adventicias, que van ganando fortaleza progresivamente. Se puede doblar dicho pedúnculo, para que las plantas jóvenes echen raíces con mayor rapidez y, una vez; fuertes, puedan separarse de la planta primitiva. Estas plantas adventicias individuales tienen que plantarse en un lugar lo más luminoso posible del acuario, apartándolas de la sombra de los «grandes». Algunas especies de Echinodorus pueden dar lugar después de un tiempo prudencial a «ejemplares gigantescos». Suelen pasar entre uno y dos años, posiblemente más, hasta que se convierten en una planta solitaria exuberante. La floración atrofiada de las especies Echinodorus indica que la mayoría de ellas se cultivan en el acuario en una forma ecológicamente incorrecta.

En sus emplazamientos naturales son plantas palustres o semisumergidas, algunas son plantas palustres verdaderas en lugares húmedos. En el acuario podemos disponer de una adaptación que se manifiesta en que muchas especies Echinodorus en acuarios planos tienden a formar hojas flotantes o aéreas. OÉras consecuencias se pueden extraer también de sus hábitats naturales; como plantas palustres, en la naturaleza tienen que recurrir a una «verdadera» alimentación radicular. Esto significa que el suelo de fondo para plantas ensiformes de crecimiento vigoroso debe contener reservas suficientes de nutrientes en forma de aditamentos de óxido de hierro con sustancias orgánicas, p.ej. Tetra Initial D. Como «refuerzo», a estas plantas tan ávidas de alimento se les cambia parte del agua con adición del abonado correspondiente.

Varios indicios apuntan a que el Echi-nodorus presenta una mayor demanda de potasio. En cuanto a la composición del agua, los Echinodorm no plantean exigencias especiales. Aunque muchas de estas plantas viven en territorios de aguas blandas, se ha demostrado que también puede ser idónea el agua semidura con aportación de C02, pH en general entre 6,8 y 7. Pero se requiere prestar atención al control del agua. Temperatura entre 22 y 26 ºC.

Las exigencias lumínicas de la mayor parte de especies Echinodorus son relativamente elevadas, es decir, para desplegar un crecimiento exuberante necesitan una gran intensidad luminosa. En la descripción que sigue se da cabida sólo a las especies más importantes. En cuanto a la denominación de las especies Echinodorus existen todavía algunos puntos oscuros.
La mayor parte de las especies cultivadas en acuario se asemejan al tipo «espada», es decir, son exponentes típicos de su género con exigencias vitales similares. Recordemos un fallo que suelen cometer muchos principiantes: la mayoría de Echinodorus «grandes» llegan a hacerse realmente muy grandes y aunque el ejemplar que se compra como planta joven sea pequeño, hay que calcular desde el primer momento la demanda de espacio que va a generar, si queremos evitarnos la experiencia desagradable de su gran crecimiento y la evidencia de que no tiene cabida en el paisaje acuático previsto.

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